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¡Claves para garantizar la desconexión!

¡Claves para garantizar la desconexión!

Cuando la jornada laboral transcurría dentro de una oficina, diferenciar el tiempo que se le dedicaba al trabajo y a la vida personal era una tarea sencilla. Sin embargo ahora, tras la pandemia, la implementación generalizada del teletrabajo y los sistemas de trabajo híbridos, estos límites se han difuminado y la desconexión no siempre está garantizada. Uno de los principales desafío del mercado laboral actual es, precisamente eso, garantizar la desconexión.

Lo cierto es que la combinación de jornadas laborales en remoto con jornada laborales en la oficina ofrece una mayor flexibilidad a los empleados. Sin embargo, el sistema de trabajo híbrido también dificulta de alguna manera el que los profesionales encuentren esos espacios de desconexión, tan necesarios, dentro de su vida cotidiana.

Algunos profesionales identifican el problema en la forma de entender el teletrabajo que tienen muchos empresarios. Ya que entienden su jornada laboral como una sesión ininterrumpida que abarca todo el día y no distingue de horarios. Estas personas son las que responden mails los fines de semana o de madrugada; o intentan ponerse en contacto con sus empleados fuera de su horario de trabajo, como si estuviesen en una reunión que dura todo el día.

¿Cómo trabajar la desconexión dentro de una organización?

Una de las asignaturas pendientes de muchas empresas es entender que no todo el mundo tiene que estar conectado a la misma hora y que hay tareas que se pueden realizar sin necesidad de que todos los involucrados estén conectados a la vez.

Esta diferenciación entre momentos para trabajar en equipo y momentos para trabajar de forma autónoma es la clave. Los expertos determinan que una práctica muy útil para la colaboración entre trabajadores es establecer un organigrama en los que se definan los equipos de trabajo y los compañeros con los que cada trabajador necesita trabajar y en función de ello, acordar unos horarios en los que todo los miembros del equipo tengan que estar disponibles para reuniones, intercambios de mails, etc.

Mientras que el resto del espacio se deja totalmente en blanco para que el trabajador pueda organizar su jornada laboral y sus tareas con total flexibilidad.

Esta forma de trabajo requiere de herramientas como calendarios comunes y compartidos que permita fijar reuniones para un grupo de trabajo. De manera que todo el mundo tenga acceso a ese calendario y pueda mandar convocatorias.

Además, hay otras recomendaciones que pueden contribuir a que se cumplan los horarios pactados, se respeten estas franjas horarias y que, además, permitan la desconexión. Veamos cuáles son:

  1. No mandar mails, ni mensajes a través de otras plataformas una vez que ha terminado la jornada laboral del equipo.
  2. Programar los mails para que se manden a la mañana siguiente, cuando comienza la jornada laboral.
  3. Por su parte, los propios trabajadores deben contribuir al cumplimiento de esas normas de trabajo que faciliten el descanso y la desconexión. ¿Cómo? Haciendo prevalecer su derecho a la desconexión y no respondiendo a ninguna comunicación que reciba fuera de su horario de trabajo.
  4. Hay que aprender a diferenciar entre lo urgente y lo que no lo es. Si algo no es primordial que se resuelva en ese momento, y pasa fuera del horario laboral, hay que posponer su comunicación a los miembros del equipo para el día siguiente.

El compromiso de los empresarios

Lo anterior no tendrá ningún sentido si no se definen unas normas que fijen los horarios de trabajo de los empleados junto con las franjas horarias donde se deben tener las reuniones y los intercambios de mails y comunicaciones dentro de esa jornada laboral. Dando espacio al trabajador para realizar las tareas que debe desempeñar de forma autónoma.

Recordemos que el derecho a la desconexión es una obligación por parte de las empresas y son las propias organizaciones las que deben establecer las medidas que permitan a sus trabajadores desconectar del trabajo. Esto no solo implica al tiempo de trabajo, sino cualquier referencia al trabajo fuera de la jornada laboral que se contemplen dentro de mensajes, llamadas o mails que interrumpan ese espacio destinado para el ocio del que dispone el trabajador.

Las empresas deben comprender que promover el descanso dentro de su cultura corporativa es favorable también para el rendimiento de la organización y sus propios resultados. Ya que la desconexión guarda una estrecha relación con la productividad.

Una evolución necesaria para el modelo de trabajo actual

Esta nueva forma de trabajar, ya sea con un sistema híbrido que combina jornadas en la oficina con jornadas trabajando en remoto; o 100% teletrabajo han irrumpido en el mercado laboral español para quedarse. Así que tanto empleados como empresarios deben encontrar la fórmula para que ambas facetas convivan en el mismo espacio sin detrimento la una de la otra.

Ya no tiene sentido seguir premiando al trabajador que más hora pasa delante del ordenador, sino a quien es más productivo. Ni exigir a los trabajadores esa inmediatez en las respuestas que los responsables tenían cuando trabajaban de forma totalmente presencial.

Este nuevo sistema de trabajo exige un cambio radical en la forma de medir el rendimiento de los trabajadores que esté más orientada a la adaptabilidad o a la resolución de incidencias en espacios de tiempo.

Ya no tiene sentido que se continúe perpetuando los sistemas tradicionales para medir el rendimiento de un profesional cuando las bases del propio sistema de trabajo han cambiado y ya no se trabaja igual que antes.

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