La Pirámide de Maslow es una teoría psicológica que organiza las necesidades de los seres humanos en diferentes niveles. En 1943, Abraham Maslow formuló esta teoría basándose en que todas las acciones están dirigidas a satisfacer necesidades y que existen diferentes rangos de prioridades para cada una de ellas.
Esta teoría se puede aplicar fácilmente dentro del ámbito laboral y en el post de hoy te daremos las claves para que establezcas tu propio sistema de necesidades y aprendas a marcar prioridades que te conduzcan hacia el éxito profesional. ¿Te interesa este tema? ¡Sigue leyendo!
La Pirámide de Maslow es una teoría psicológica que organiza las necesidades de los seres humanos en diferentes niveles. En la base de la pirámide se encuentran las necesidades básicas, las que están relacionadas con la supervivencia. Es comprensible que se vaya ascendiendo en la pirámide a medida que se van cubriendo necesidades. Del mismo modo que no tiene mucho sentido desarrollar necesidades más elevadas, si las más básicas no están cubiertas. Por último, en la cúspide de la pirámide se encuentra la autorrealización personal como el máximo objetivo a alcanzar por una persona.
La pirámide que Maslow formuló hace 76 años se divide en 5 niveles, veamos cuáles son:
La Pirámide de Maslow puede utilizarse dentro del mundo laboral. Para un trabajador la primera preocupación que tiene es encontrar un trabajo que le permita cubrir sus necesidades básicas (llenar el carrito de la compra cada semana, pagar la hipoteca, hacer frente a las facturas, etc.).
Por esa razón, cuando estás buscando trabajo una de sus primeras inquietudes es averiguar cuál será tu salario para determinar si cubre tus necesidades básicas. En la mayoría de los casos, una persona no acepta un trabajo si no le permite mantenerse económicamente, aunque sea el trabajo de sus sueños no podrá aceptarlo. Únicamente cuando las necesidades básicas estén cubiertas, el trabajador mostrará interés en los siguientes niveles.
Inmediatamente después, mostrarás interés por saber si el trabajo que se te ofrece es estable y para largo plazo, si la empresa cuenta con un plan de prevención de riesgos, si en tu contrato está previsto un seguro médico, plan de pensiones, etc. También, tendrás en cuenta la estabilidad financiera de la empresa, su consolidación y prestigio dentro del sector y la confianza que trasmiten los jefes a sus trabajadores. Dependiendo de lo que vayas viendo decidirás continuar trabajando en esa empresa o comenzar a buscar otro empleo. En cualquier caso, tomarás las decisiones que consideres oportunas para consolidarte profesionalmente y proteger tus intereses (segundo nivel: seguridad).
Una vez que estas necesidades están cubiertas, vas a querer satisfacer tus necesidades de afiliación. Querrás tener una buena relación con tus compañeros y tus superiores. Si la empresa se preocupa de que haya un buen ambiente dentro de la oficina y de que todo el equipo coopere en la consecución de los objetivos, todo esto dará lugar a que te sientas parte de algo y aumente su sentimiento de pertenencia, lo que mejorará tu rendimiento.
A partir de ahí, buscarás nuevas motivaciones, querrás disponer del reconocimiento de tus compañeros y de tus superiores. Si lo logras, aumentará la confianza que tienes en ti mismo, lo que reforzará tu personalidad y te hará sentir el respaldado que necesitas para proponer nuevas ideas, arriesgar con procedimientos más innovadores, asumir proyectos más ambiciosos… Todo esto te conducirá en el camino del éxito y la autorrealización personal.
Una vez que llegas al último nivel, querrás ir un paso más allá y disponer de mayor libertad para desarrollar tu creatividad, estar menos supervisado, gestionar los problemas a tu manera… Si la empresa para la que trabajas se anticipa y es capaz de darte la libertad que necesitas para continuar creciendo como profesional, podrá beneficiarse de tus logros. Si no lo hace, te perderá, ya que te irás a otra en la que sí puedas liberar todo tu potencial.
Establecer tu propio sistema de necesidades y prioridades te va a ayudar a organizarte mejor y a alcanzar tus objetivos dentro del ámbito laboral para que no te quedes estancando y puedas continuar creciendo profesionalmente. Si decides abrir tu propio negocio y dedicarte a lo que realmente te gusta (autorrealización) pero no logras conseguir los beneficios que necesitas para tu subsistencia (fisiológica), no te quedará otra que cerrarlo y volver a empezar. Nunca olvides que lo más importante es empezar por la base de la pirámide y una vez que tengas cubierta tus necesidades básicas ir ascendiendo en la pirámide hasta llegar a la cúspide. ¡Suerte!
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