¡Las 4 reglas de oro para llevar tu productividad al máximo nivel!
Existen algunos sencillos hábitos que puedes incorporar a tu rutina laboral si quieres aumentar tu productividad, mejorar tu rendimiento y tu motivación. El primer paso para lograrlo es mantener bajo control tus tareas y para eso es fundamental una buena planificación. Tienes que ser muy consciente de las obligaciones que tienes pendientes y no dejarlas para otro momento.
La procrastinación se produce cuando postergas una tarea o situación que debes atender y que acabas sustituyendo por otra mucho menos importante. Si te sientes identificado/a y tu día está lleno de «mañana lo haré», entonces necesitas ayuda para convertirte en una persona más productiva en el trabajo, pero también en tu vida personal.
Existen 4 reglas de oro que te permitirán tener la procrastinación a raya y mejorar tu organización, veamos cuáles son:
Haz una lista de tareas
La primera consiste en tener una lista de todas las tareas que tienes pendientes y que se encuentren todas en el mismo lugar para poder consultarla cuando lo necesites. En ese sentido, puedes recurrir al tradicional cuaderno (o agenda en papel) o utilizar una aplicación específica que puedes instalar en tu ordenador y también en tu móvil. De manera que podrás tener acceso a ella en cualquier momento desde cualquier sitio.
De esta forma, evitas la presión de tener que memorizarlas con el consiguiente riesgo de que te olvides de algo o te despistes cuando tienes muchos temas pendientes. En ese sentido, también resulta fundamental que las apuntes cuanto antes, por lo mismo que comentábamos antes, para evitar despistes y olvidos.
Establece un orden de tareas y asigna una fecha de finalización
La segunda regla implica establecer un orden para tus tareas y asignar una fecha prevista de entrega para cada una de ellas. Así te resultará más sencillo revisar la lista, consultar tus prioridades e ir cumpliéndo con tu lista de tareas día a día.
Clasifica las tareas según su tamaño
Otro punto importante es clasificar las tareas según la carga de trabajo que supongan. Divide las tareas grandes en varias fases que puedas ir realizando a lo largo de diferentes días. Las que te tomen apenas unos minutos no es necesario que la apuntes, hazlas directamente. De esta manera, será mucho más fácil para ti abordar tu carga de trabajo diario.
Planifica tu próxima jornada
También te resultará de gran ayuda que cada día, antes de dar por finalizada tu jornada laboral destines unos minutos a planificar las tareas que tienes que hacer el próximo día. Piensa en qué tareas son fundamentales que hagas mañana, por dónde quieres empezar y cuáles son las que no corren tanta prisa y puedes dejar para más adelante.
Gracias a esto, empezarás al día siguiente sin distracciones, ni interrupciones. Teniendo claro desde primera hora por dónde tienes que empezar. Por último, asegúrate de que cada día cumples con tu lista de tareas prioritarias.
Si sigues estos consejos, verás como muy pronto comienzas a sentirte mucho más productivo/a y motivado/a en el trabajo.